domingo, 2 de septiembre de 2012

No hay Futuro


No hay FUTURO. No existe futuro.
No existe de momento.

El futuro es algo que no se puede conocer hasta que lo vivamos.
Lo que nos espera es fruto de lo que hagamos ahora.

Nuestro éxito, nuestras posibilidades…
Nuestros sueños están hechos  a partir del esfuerzo y el coraje con el que hemos estado actuando hasta ahora mismo.

El camino que elegimos puede ser uno fácil, estable y seguro, o puede ser un camino azaroso, arriesgado, y que parece hecho de aire; pero en cualquier caso es el camino que uno mismo ha elegido.
Hacer lo que está hecho por conveniencia, por el “qué dirán”, porque es lo que los demás dicen que deberías hacer, es un camino cobarde. Hay que saber levantarse y decir lo que queremos hacer con nuestras vidas.
Si tú mismo eliges arriesgarte, ¡arriésgate! Y si decides tomar el camino estable, ¡adelante!
Hacer lo que uno quiere no tiene que significar hacer locuras.
Las locuras del camino arriesgado golpearan a los que lo elegimos cada día.

Nos aporrearán, nos derribarán, pero aun así, aunque caigamos, debemos continuar con nuestro propio camino y marcar nuestro propio futuro, levantándonos con más fuerza; insistiendo en nuestras metas.
Aunque nuestros logros, nuestros sueños idílicos y utópicos se nos escapen cuando parecía que los teníamos al alcance de la mano, no debemos deprimirnos por ello.
Hay que seguirlos, hay que mantenerse constante. Hay que seguir trabajando con nuestro ahínco y empeño, con tal de lograr el futuro que nosotros mismos nos hemos consagrado. Hay que avanzar con nuestros propios recursos, mostrando lo que realmente sabemos hacer. No, lo que sabemos hacer no, lo que PODEMOS hacer, aunque no lo sepamos.

El futuro no está escrito, el destino no está predeterminado, y no existe fuerza sobrenatural ni todopoderosa que pueda hacer lo más mínimo por orientarlo a ninguna parte.
El futuro es lo que hacemos nosotros.

Si pierdo la motivación por conseguir mi meta, si creo que éste es el final, me paro y miro a mi alrededor, y luego miro dentro de mí.
Recuerdo el ánimo que tenía cuando empecé.
Recuerdo por qué tenía ese ánimo.
Recuerdo la raíz de mi entusiasmo.
Recuerdo todos los sueños que tenía sobre la meta, y ahora que he avanzado más en el camino, ¿voy a rendirme? ¿Voy a parar justo ahora, que estoy más cerca que ayer?
Me impulso con mi propia voluntad, me lanzo a lo que me depara la suerte, y lo juego todo a una gran apuesta para lograr mis metas.

Llegaremos a conseguir lo que nunca pensamos que podíamos hacer. Podremos escalar esas murallas inalcanzables. Podremos cruzar esos mares infinitos, y sobrevolar los cielos eternos.
Viviremos la aventura, superando nuestros propios límites una y otra y otra vez.

Aunque éste sea un camino traicionero de aire efímero, es el camino que he decidido.
Es el camino por el que voy a continuar.
Encendí la mecha de mi sueño, que se enciende y arde con vivacidad y entusiasmo, y alumbra las sombras que enturbian mi mente indecisa.



Y entonces, cuando haya cruzado esa muralla, cuando mis sueños sean algo real


Puedo ver el cielo azul de nuevo…

domingo, 26 de agosto de 2012

Unknown

  Correr, correr y correr hasta que te sangren los pies, hasta que no conozcas nada ni a nadie. Hasta que toda tu realidad  se reduzca a pedazos.

  Tenemos un estilo de vida. Nos despertamos a una hora más o menos exacta. Hacemos nuestra rutina como cada día. La misma gente, el mismo paisaje, las mismas calles y fachadas.

  Sigues con tu vida, como algo normal. Hasta que un día decides mirar en tu interior y preguntarte: ¿Es tu forma de ser la que dirige tu rutina? ¿o es la rutina quien marca las pautas de tu personalidad?

  A veces necesitamos cambiar de aires e ir a un sitio completamente  desconocido para recordar quienes somos. Si saberlo nos convertimos en esclavos del reloj y marionetas del calendario. Somos un número al que llamar cuando quieras, somos un nombre en una red social...

  Parece que vivamos en un gran hotel donde las llaves de nuestras vidas estén en recepción y no podamos cogerlas en el momento que queramos. Como si estuviésemos controlados cada vez que salimos en la rutina que nos hace creer que todo tiene un eje y una forma perfecta.

  Como aquél iluso que cree saber lo que va a pasar mañana sólo porque está en sus planes. Vivimos una falsa realidad en la que todo parece estar medido y dispuesto para nosotros. Tenemos una agenda que se convierte en nuestra biblia personal sin tener en cuenta que es la casualidad la que decide sobre el universo.

  Nuestra paciencia y nuestro entendimiento están en lo alto de una torre de naipes que mantiene una foca con su morro que a su vez hace equilibrio en una pelota situada en la trompa de un elefante que patina sobre un hielo que se derrite a cada segundo.

  Y seguimos mirando en el calendario, como si de una droga se tratase. En el momento en el que se mueve algo fuera del límite impuesto por nosotros mismos, aparece un caos que vuelca nuestro corazón y congela nuestra mente.

  No estamos preparados para lo impredecible. Vivimos en nuestra habitación de hotel y no sabríamos que hacer si nos diesen la llave al salir. La razón por la que existe la rutina es porque la usamos como linterna, como chaleco salvavidas, algo para agarrarse, algo que nos mantiene cuerdos en este mundo de continuo cambio.

  Si fuésemos capaces de coger la llave y salir corriendo, si fuésemos capaces de reconocernos sin necesidad de un espejo, capaces de definirnos sin pedir opinión, capaces de mantener nuestra cabeza en un estado permanente aún cuando todo a tu alrededor ha cambiado... entonces ahí, ahí sabríamos que es nuestra personalidad la que dirige nuestra rutina, pues puede prescindir de ella.


                               

Porque el hielo se rompe con más frecuencia de lo que pensamos.


martes, 14 de agosto de 2012

Valores y precios

Mucho que se habla de economía y demás chanchullos últimamente, pero pocas han sido las veces que el título de uno de mis posts ha hablado de eso mismo literalmente.

Además, quiero disculparme por mi retraso. Simplemente, no tenía palabras con las que rellenar una publicación.

El dinero, motor del mundo, que lo lleva todo, con lo que puedes conseguir todo lo material...
Es lo más utilizado en el mundo entero. El dinero es un equivalente a no tener que esforzarse por hacer algo en concreto. Sólo que para conseguirlo tienes que esforzarte, pero en otra cosa, así que no es más que una materialización del esfuerzo, una materialización del tiempo empleado y del trabajo que hemos hecho, para intercambiarlo por más trabajo con aquellos que, por trabajar en lo que prefieren trabajar, tienen mucho de algo que nosotros queremos, a cambio de poder tener lo que no podemos conseguir trabajando, pero en lo que hemos invertido el tiempo necesario.

Pero hay cosas en las que puedes invertir tiempo, y no te dará dinero alguno.
Cosas que, por no darte dinero, no te darán ni una sola cosa que no sea expresamente esa cosa.

¿Merece la pena hacer algo que no es tu labor principal, y que no puedes utilizar para conseguir otra cosa para lo que sí que tienes que hacer ese trabajo que, aún siendo lo que haces en la vida, muchas veces ni te gusta?
Pues mira, casi que a mí sí me sale rentable.

Poniendo un sistema de valor, no un sistema monetario, hay cosas que no valen ni una miseria, y otras que valen más de trescientos mil.
Los recuerdos tienen un valor que no puede compararse con el de cualquier otra cosa que con el dinero se puedan pagar.

¿O quizás no? Hay malas épocas, malas etapas, y hay gente que hasta pagaría por deshacerse de esos recuerdos.
Pero es lo que hemos trabajado, lo que hemos ganado, y lo que nos toca.

¿Y qué más da si hay cosas que valen poco? Hay momentos que valen infinitamente más.

"Los recuerdos que me has dado valen Ciento diez millones~" dice alguna canción de por allí.
Hay momentos que pagarías todo lo que tuvieses para que fuesen eternos. Yo, por lo menos, no me arrepentiría.
No me arrepentiría en absoluto de dar mi dinero, fruto de mi trabajo para conseguir más cosas, para alargar hasta el infinito momentos únicos, o rememorar una y otra vez experiencias que no pueden compararse.

Escuchar tu canción favorita una y otra vez sentado en un sillón, dejando que las notas entren en lo más profundo de tu cuerpo.
Sentirte a gusto contigo mismo y con lo que eres, y regodearte de estar feliz. El valor de estar feliz con uno mismo es algo sumamente superior a cualquier trabajo.

Hay cosas que tienen mucho valor, y hay cosas que valen muy pocos.
Pero aquellas cosas que no pueden volver a comprarse con el mundano dinero son cosas que nunca jamás de los jamases podrían ser reemplazadas.

Así que, ¿qué puedo decir?
A mí me sale rentable gastar mi trabajo en aquello que puedo conseguir únicamente así y que me merece la pena. Que cada uno tenga más bien claras las cosas que tienen un precio que merece la pena pagar en esfuerzo, no en dinero.
Que cada uno aprecie mejor el valor de las cosas que no tienen valor monetario.

viernes, 3 de agosto de 2012

Eterno acompañante

  Equivocado está el que se cree invencible por carecer de miedo. Sin miedo alguno atacas con ojos ciegos y no tienes defensa alguna. Cuando no tienes nada que perder no te molestas en defenderte, apenas si descuidas en protegerte. Pelas a tientas y sin fuerza alguna.

  En este mundo hay una serie de cosas que debes temer, que debes respetar. Sólo conociendo tu miedo y conociéndolo puedes seguir adelante. Parece fácil decir que olvides tus miedos. Yo no me refiero a ese miedo de mancharte el vestido o ese miedo a que tu pareja te deje.

  Me estoy refiriendo a esos miedos que nacen desde dentro, los que te acompañan, los que forman parte de ti. Aquellos miedos que no tienen su base en ninguna forma física, que no dependen de nadie sino de ti mismo. Se instauran en tu mente y a ratos se acobijan en tu pecho. Deciden que debes respirar más rápido y comenzar a sudar.

  Todos tenemos miedos, no es ningún defecto, no es ninguna cualidad. Puede ser usado en tu contra o puede ser tu mejor escudo. Negarse el miedo es como negarse el hambre, negarse el sueño; no se puede.

  No me enorgullezco de mis miedos, pero no voy a negar nunca su existencia. Reprimirlos y repetir que no los tienes solo hacen que tu espíritu se vuelva diminuto. ¿Hasta dónde estaría una persona dispuesta a llegar para demostrar que carece de miedo? todo por intentar sacar a la luz su supuesta valentía. 

  Valiente no es aquel que no dispone de miedo, sino el que lo transporta consigo, el que lo conoce y, a pesar de todo, da un paso al frente. Pero lleva armadura tallada por el miedo a que le dañen el cuerpo. Mantiene un cauteloso paso controlado por el miedo a caer una trampa. Lucha concienciado de que el mínimo fallo puede acabar con todo. Valor y miedo no son contrarios.

  Acaso el trapecista que anda en la cuerda ¿no llevaría más cuidado en su paso si no hubiese una red bajo sus pies? Solo consiste en controlar el miedo y concentrarte, poner el empeño necesario a cada acción en tu vida y respirar hondo. Que el miedo no encoja tu espíritu, que ocupe una pequeña parte de él. Que el valiente tiene miedo, tiene algo por lo que luchar, tiene algo que perder, por eso aprecia mucho más que nadie aquello que tiene por ganar. Cuando arriesgas o sacrificas algo preciado aprendes a respetar el riesgo, sabes lo que representa.

                                 

  Mira al miedo a la cara, llámalo por su nombre y deja que te acompañe. Pero nunca le permitas ser tu guía.

viernes, 20 de julio de 2012

Pausa

. . . . .
Lectores, hace una semana que estoy disfrutando de la playa. Mi primera impresión cuando llegué, fue que el tiempo dejó de correr. Que Cronos decidió darle un descanso a las manecillas del reloj.

Ahora mismo, en simples vacaciones, es imposible evitar ese deseo de disfrutar de la pausa.

Esa sensación de que nada pasa, de que todo se ha detenido, de que el tiempo no avanza ni se queda atrás.

Simplemente, nada se mueve.

Simplemente, nada nos irrita.

Simplemente nada nos preocupa.

Haberlas, hay razones para preocuparse o comerse la cabeza, imagino.
No obstante, ahora mismo, todo está parado.

Ahora mismo, la única urgencia es no hacer nada. Estando desconectado del tiempo, con el mundo parado, se aprecia todo mejor.

Y es que parar la película puede ayudarte a entenderla mucho mejor. O simplemente para descansar y disfrutarla más.
Entiendo que en ésta época de estrés continuo, son pocos los que sacan un momento para parar.
Si no paras, te reventará la cabeza.
Así de simple.

Hay que tomarse un buen descanso de vez en cuando. No estoy hablando de un descanso de echarse la siesta. No estoy hablando de un descanso de hacer algo que te guste como leer o jugar a la videoconsola.

Estoy hablando de un descanso tremendamente absoluto. En el que sencillamente te tumbes en la cama, y tu mente esté tan despejada, tan tranquila...

Cuando vuestra casa esté tranquila, silenciosa...

Cuando sólo se escuchen un par de pájaros ahí fuera, o la brisa del aire, o el repiqueo de las gotas de lluvia sobre el asfalto; cuando todo en vuestro hogar esté apagado, la gente descansando o durmiendo, aprovechad el momento.
El mundo está parado.
Bájate por un momento y no hagas nada...





Nada de nada...

lunes, 16 de julio de 2012

Reencuentro

 Ha pasado demasiado tiempo sin dar señales de vida. No tengo tantas escusas que expliquen mi ausencia ni ganas para intentarlo. Me fui, no físicamente, físicamente he estado malgastando el tiempo en frente del ordenador. Podría haber escrito, pero no merece la pena intentar unir palabras inconexas y vacías de sentido. Y es que no hay nada más extraño que el mundo de las palabras.

 Algunas te acompañan en tu vida, siempre a la sombra y sin hacer el menor ruido. Otras aparecen de la nada, salen de donde sea y se instalan en tu memoria del modo más doloroso que existe. Hay palabras que te taladran, salen desgarrando tu garganta, cuando crecen demasiado para guardarlas en tu interior.

  Hay quien dice que las palabras son el arma más peligrosa: más afiladas que un cuchillo y hacen más daño en el corazón que cualquier otra. Y sin embargo que ironía, las palabras el viento se las lleva. Solo dejan tras de sí una estela apenas visible, pero profunda en cada alma.

  Se puede decir que las palabras son como la vida de cada uno. Hay vidas que pasan fugaces, otras vidas que apenas parecen haber existido, que nadie recuerda. Hay vidas intensas, capaces que hacer un recuerdo perpetuo y eterno. Hay vidas que caen en la miseria, vidas que se van, que ya no tienen sentido.

  Al igual que esas palabras, que van y vienen, las que decimos por educación. Aquellas palabras que simplemente usamos para unir otras. Sabemos diferenciarlas, las clasificamos, las escribimos, las decimos, las archivamos, las guardamos como si se tratase de una bala en la recámara.

  Palabras con significados distintos para cada persona, capaces de poner la piel de gallina, de desatar lágrimas y corromper almas. Palabras incapaces de hacer cambiar de opinión; palabras de defensa, palabras de ataque.

  ¿Qué sería el ser humano sin palabras?, sin preciados versos, sin palabras que acompañen nuestros besos; palabras entre amantes y palabras de odio. Comprender a una persona y que las palabras vuelen entre ambas mentes sin necesidad de escucharse.

  A veces necesitamos recordar la riqueza del lenguaje y de sus múltiples formas, el lenguaje es el acompañante del pensamiento, no puedes pensar nada que no puedas nombrar o definir. Nunca escatimes en palabras, salva todas esas palabras que se pierden en lo infinito por culpa de las genéricas que las reemplazan.

  Y así de intensa tienes que recordar tu vida, salvando aquellos momentos que te hacen ser quien eres, no escatimes en recuerdos ni en momentos vividos, no reemplaces nuevas experiencias por la tranquilidad de estar sentado sano y salvo.

  No tengas miedo de ser distintas palabras, sé de esas que enlazan, que definen, que hipnotizan, que enamorar, que te atrapan. Sé de esas palabras que te emocionan y que te ayudan, que explican y que narran. Sé todas las palabras que puedas ser, cada una a su tiempo y situación. Finalmente serás una frase, un párrafo, una historia. Asegúrate de usar las palabras adecuadas y darle un buen final.


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"Que las palabras se las lleva el viento, y las vidas, el tiempo"

viernes, 6 de julio de 2012

Polémica

No, lo siento, no es que vaya a hablar de una situación actual muy perturbadora. No voy a hablar de un tema especialmente polémico, tal como es la religión o el matrimonio homosexual (personalmente, voy entra en mi interés lo primero y no tengo problemas contra lo segundo, así de simple).
Voy a hablar de la polémica.
Sólo lo que he mencionado hace unas líneas ya puede causar molestia entre algunos lectores.
Cierto, cada uno tiene su opinión, y no puedo ponerme a discutir cuál es más correcta, o siquiera si existe alguna correcta; sólo he querido poner unos ejemplos.

El tema en cuestión, es que cualquier cosa sobre la que se puedan tener diferencias opuestas que se estrellan al rozarse, puede ser un tema polémico.
Y claro, ésta es una pega para muchos escritores. En varios temas se tiene que tratar la imparcialidad o, por lo menos, situar las opiniones de una forma que no ofenda a quien piense lo contrario.
Suelo tratar de ser cuidadoso con mis desvaríos, aunque si ésto me tuviese que cortar la expresividad, pasaría olímpicamente.
Claro está que, si hiciese eso, alguno se molestaría, pero mis desvaríos son mis desvaríos, y mis opiniones mis opiniones, y no voy a callar por agradar a todo el mundo. Que nunca he ofendido (al menos que yo sepa) a nadie con mis desvaríos.

No voy a mentir, si tuviese que hablar de temas polémicos, estoy seguro de que tendría varios comentarios dándome la razón, pero también tengo la certeza de que muchas personas me acribillarían a insultos que, aunque no les dé ninguna importancia, no quedan "estéticamente bien" entre mis comentarios y posts; y tampoco es cosa de cabrear a nadie.
Ahora leo lo que pongo, y quizás pueda sonar algo... ¿temeroso? No sé describirlo bien; pero no es para nada eso.

Quiero que cuanta más gente disfrute mis desvaríos. Si eres homófobo y leyeses un desvarío mío dedicado íntegramente a defender la homosexualidad, o si eres auntitaurino y hablo defendiendo también ese tema, seguro que dejas de leer el blog y ya no leerás otros desvaríos que quizás puedan gustarte. Con cualquier tema que pueda causar discusión, se puede hacer una situación polémica, y siempre que pueda evitaré esos temas, no con otro fin que no sea mantener la paz en el blog.

Mi sensación, ahora mismo, es que quizás alguien comente que no tenga miedo de hablar de temas polémicos, y tal y cual. Ésta es mi decisión. Si realmente quisiese hablar de un tema así, lo haré.
Es más, tengo en mente hacer un desvarío sobre los pecados capitales, que eso me da mucho de qué desvariar en ocasiones...
El caso, que éste post, que más que un desvarío me está sonando a comunicado (¿Aunque no son todos mis desvaríos comunicados de mi cabeza chiflada al público?), no tiene que destacar sobre otros.
Éste es sólo otro post irrelevante en una cadena de desvaríos irrelevantes.

Ésto es sólo otro desvarío, que no trata de causar polémica ni discusiones.

Ésto es un desvarío, y punto y pelota.

domingo, 24 de junio de 2012

Mundo

Buenas a todos los lectores. A los pocos que tenga. Vuelve Oryc, resucitando el bog tras otro período de inactividad.
Selectividad, exámenes, y todo ese rollo.. Mis sinceras disculpas por todo éste retraso, en serio. Se hará todo lo posible por evitar que ésto pase de nuevo.
Como entrada de resurrección, vamos a hablar de algo del día a día. ¿Qué vemos día a día? Pues vemos el mundo.

El mundo...

Enorme y extenso. Si tiene fin, no creo que la humanidad tenga tiempo de alcanzarlo. Seguramente, el "fin del mundo" sea una zona de gran vacío, pues por la gravedad, las partículas habrán estado agrupándose en esa gigantesca masa que es el universo.
Y, siendo algo que nos llevará la tira de tiempo ir a mirar y comprobar, mejor pasamos de los límites del mudno.

¿Qué es el mundo en sí? Es en lo que estamos. En lo que nos movemos. Con lo que nos relacionamos.

Escépticos de la historia han dicho que el mundo es un engaño, que ésto es una mentira, falaz y engañosa, que no es más que fruto de nuestra imaginación, o que es un plano inferior y deprimente.
Será todo lo deprimente y todas esas chorradas que piensen, pero es el mundo.

Quizás sea cierto que es todo fruto de nuestra imaginación. ¿Quién sabe? Igual creéis que estáis leyendo mis escritos cuando en realidad sois un cerebro flotando en un líquido verde en una probeta gigante y todo ésto sea sólo fruto de nuestra imaginación.
(Porque claro, muchos hemos oído hablar del mundo de nuestros sueños, o algo por el estilo).
Sea como fuere, éste o cualquier otro mundo imaginario morirá en cuanto dejemos de pensarlo, de imaginarlo, de vivirlo.
Y, sea como fuere, éste es el mundo en el que ahora vivimos, en el que ahora estamos.

Nuestros sentidos son nuestros medios de relacionarnos con él. Ni son engañosos ni nada. Somos nosotros que igual no los interpretamos bien, pero si no confiamos en nuestros sentidos, no podremos hacer nada. No podremos sobrevivir en éste mundo.
Me da igual si éste mundo es ficticio. Es el que capto, es el que vivo, es el que siento. Si existe algún otro que me espere cuando éste mundo se acabe para mí (con la muerte o con despertar o como sea), es algo que no nos debe interesar.

¿Que dirá Platón de otro mundo más perfecto y más maravilloso? ¿Qué dirán los cristianos de un cielo creado por Dios, que es lo que nos espera al abandonar éste mundo?
No puedo negar la existencia de ésos mundos, las cosas como son.
Pero, de momento, no he encontrado nada en éste mudno que me haga pensar en la existencia de otro.

Quizás cuando muera vaya a otro sitio, pero eso no debe importarme, pues -mientras esté aquí- no lo descubriré.
No me pueden echar la culpa de nada.
Sencillamente, dejaré que las cosas sigan su curso.

Éste mundo es en el que ahora vivo. Si despertase un día y estubiese en un laboratorio, viendo que todo ha sido una triste ilusión, me adaptaría a ese mundo. Pero hasta que abandone éste, seguiré disfrutándolo, viviéndolo.

Porque no tenemos más mundo que éste. Ahora mismo, no existe para ninguno de nosotros otro mundo. Éste único mundo, que captamos tal y como es. Que sentimos tal y como es.
Éste mundo del que somos parte. Aun resultando ser un mundo falso, es el mundo del que somos parte. Es nuestra realidad. Falsa, pero real.


Si hay otra realidad, ya la veremos cuando toque. Yo, por ahora, sigo con mis placeres terrenales y con mi fe en los sentidos. Véase una buena pizza y su rico sabor.

Un saludo y hasta otro desvarío.

viernes, 18 de mayo de 2012

Héroes de fantasía

La última vez hice un post que no me gustó nada. No me gustó la conclusión ni el desarrollo, y me disculpo por haber publicado algo así.
Dicho ésto, lanzo a la luz un nuevo desvarío que, mientras lo escribo, deseo que me de un mejor resultado. Deseo que éste llegue mejor a la gente y guste de verdad.
Sobretodo al propio autor. Alguien que no está contento con lo que hace, no puede hacerlo bien.
Po eso quiero crear algo que pueda ser merecedor de llamarse tesoro para mí el primero. Por eso, cadau no de nosotros tiene que valorar con su vida lo que realmente sabe hacer y quiere hacer.
Independientemente de lo que digan paranoys de masas y antimasas zombificados. Sólo centráos en el individo. En lo que a uno realmente le gusta.
No es un crimen disfrutar de la fantasía y querer vivirla.

No es nada malo disfrutar y convertir tu sueño en tu ambición, tu ambición en tu meta, y tu meta en tu logro.
Cada uno debe hacer su propio camino, y así poder sentirse orgulloso. ¿Qué más puede dar que otros te tachen con etiquetas que ni te importan? Sólo hay que fijarse bien, no en las etiquetas puestas por otros en nuestro trabajo, sino por las que nosotros mismos ponemos en lo que hacemos.
Sólo hay que saber, que somos nosotros los que, con nuestra determinación propia, podemos decidir realmente cómo será nuestro destino.
No importa si vosotros lo consideráis una fantasía utópica. Importa si vosotros consideráis que es lo que os apasiona, lo que queréis hacer con vosotros mismos.
A veces, es la propia fantasía la que puede hacerse realidad. A veces, es esa espada, con destelleantes brillos de Orichalco, la que más nos merece la pena alzar, para hacerla relucir con el Sol. Que destelle en los más lejanos desiertos. Que corte los más fortalecidos árboles y las más duras escamas de dragones tragafuegos.¿Qué más da? Es vuestra fantasía. Es vuestra ilusión. Es vuestro periplo. Seguid ése sueño que pocos se han atrevido a seguir. Si realmente no os gusta lo que hacéis, y de nada va a servir para alcanzar vuestra ilusión, a la porra con todo.

Ninguna poción os permitirá revivir. Ninguna cola de aves mitológicas de llamas os dará una segunda vida qué gozar. Disfrutad de ésta como si fuese un sueño, sin miedo al fracaso.


Más me asusta a mí la idea de no sentirme orgulloso de mis actos. Más me aterra a mí el mero pensamiento de no haber disfrutado haciendo lo que hago, de no haber hecho lo que hubiera deseado.
Alcanzad las estrellas y la Luna si hace falta por vuestro sueño y vuestra esperanza.
Vivid una fantasía sin miedos. Vivid una fantasía para liberaros de la más dura armadura negra que os impide luciros.

Disfrutad de lo que sabéis hacer. Hacer lo que disfrutéis.

Esa felicidad que da el vivir como uno ha elegido

Esa auténtica libertad de vida


 Esa forma que tenemos las personas para gozar de los detalles más insignificantes para unos y más valiosos para uno mismo                                  

Ese Don de las personas de elegir libremente nuestro camino y ser lo que más anisamos ser en nuestros corazones...






















Es la auténtica fantasía que todos añoramos alcanzar...

sábado, 5 de mayo de 2012

Apocalipsis Zombi

Todo internet ya grita por algo así. Lo tipico de "Mira a tu derecha, lo que veas será el arma para pelear contra un apocalipsis zombi". Pues ala, no vamos a ser menos, vamos a hablar de un apocalipsis zombi.

Un zombi es, a fin de cuentas, un muerto viviente.

 No hay más, no hay más cuento.
Un cadáver revivido con vudú u otro proceso y convertido en esclavo (Siendo Jesucristo el >ombi original, resucitado por Dios para que siga sus pasos y extienda su palabra. Comrpobado, Jesús es zombi)

Ni virus ni leches. Si es un virus, afecta a los vivos, y no es resurrección de muertos. No es zombi.
Y por cierto, sí, se escribe Zombi, no zombiE.

 La cosa es, ¿por qué esa afición últimamente con un apocalipsis zombi? ¿Qué nos pasa uqe queremos ver una orda de no-muertos-remuertos arrasándolo todo? Pues la gente sólo ve lo que quiere ver. Y los gustos de la gente suelen tener que ver con su entorno.

Puede ser que te parezca interesante la resurreción, o puede que hayas visto películas o juegos estilo Resident Evil. O la serie de The Walking Dead (Yo sólo he jugado a un Resident Evil, y ni lo acabé. Es todo el contacto que he tenido con esa clase de experiencias; soy más del primer tipo).

¿Pero por qué se extiende tanto aun con los que no concuerdan con éstos patrones?
Porque se ha vuelto un fenómeno de masas. Se ha vuelto algo extendido en todo el mundo. Algo de lo que es imposible no oír hablar.
Hay Zombis en todas partes, hay hasta un Zombi en tu jardín.

 Y con esa tontería, todos escuchamos del apocalpisis zombi, y con todo eso, nos interesa, nos mola. Y digo yo, ¿no nos sentiremos identificados con el apocalipsis zombi? La humanidad ha estado todo el tiempo a merced de los superiores. El rey, el clero, los caciques... Prácticamente sólo hacíamos lo que nos indicaban. Y en parte, eso ocurre también ahora con bastantes personas.
Hasta a tí.


 Sí, sí, te digo a tí.
Todo el mundo publicitario nos atiborra con mensajes, liminales o subliminales, que se nos quedan en la memoria. Hay más psicólogos en un supermercado y una campaña publicitaria que en un manicomio. Prácticamente todo está calculado para que hagas lo que quieren. Esa es una forma de ser sometido. Otra es la presión social.
 La más conocida, la más criticada, y contra la que más se advierte; porque por la presión social solemos meternos en tonterías como beber hasta matarnos el hígado, o empezar a fumar. También, por algún motivo, muchos somos sumisos, y otros somos rebeldes.
Porque nos abren los ojos y porque vemos ésta manera que ha tenido el mundo de convertirnos en marionetas de todo. En sus zombis no-muertos.
O quizás sí muertos, porque un niño pequeño no se deja manejar de esa manera. Un niño sencillamente curiosea y hace lo que le da la gana. El niño ya quiere cosas guays, cosas que le molen. En los anuncios sólo ven qué es lo que pueden empezar a pedir. Ellos son simples.
Aún no sé si es que son muy sugestionables, o es que sólo buscan ir adaptándose donde viven.

El caso es que llega un momento en el que "maduras" y pierdes el entusiasmo de ser niño. Eso es morir. No hacer lo que te gustaba de niño y te sigue gustando porque ya eres muy mayor es una muerte tonta. Empezamos a hacer lo que nos dicta el mundo.
 
 Empezamos a...


... Et voilá, si has leído bien, es posible/probable/probistáticomenco que estés pensando de la forma en la que te he hablado, porque es la forma que te digo que se rebela contra el sistema.

Has pensado lo que quería que pensaras. Eres mi zombi ahora. Sal a unirte a los demás zombis que han leído éste post. U olvídalo, porque al decir ésto, estoy haciendo que pienses que soy un idiota. Todo está pensado para que pienses lo que quiero pensar.

Porque somos así.

Porque somos lo que el mundo nos hace ser.
Porque somos una infinidad de zombis.
Y con un par de listos que sometan a todos, el mundo estará en sus manos.
Tendrán poder.
Tienen poder.
Y se corrompen.
Y se acabarán peleando.

Y con nosotros, los zombis, se iniciará un apocalipsis.

 ¿Sólo son jefes los políticos? Si eres muy aptriota sí. Si no, no te preocupes. Tienes a tus líderes que te llevan a actuar como quieres en los listos del mundo.
En los revolucionarios que os llevan a ayudarlo por su causa.

 Sí, lo sé, que si hay un dictador, y uno os anima, y tal y cual, que no es malo ni nada. Malo no es, pero a que estáis haciendo lo que él quiere que hagáis?
Convence, da razones. Lo hace por la forma buena. Ser independiente es posible de dos formas.

Eligiendo libremente (si se puede, pues hasta para las revueltas contra el poder opresor puedes impulsarte por la presión social, así que nada queda totalmente de libre elección); o marcar tu propio camino, y ser el líder de un ejército de zombis.

 ¿A que molaría ser líder de un ejército zombi?



[Ahora, los nuevos líderes de ejércitos zombis son mis zombis]



Id allí, mis no muertos. Que el mundo os conozca. Si no soy yo vuestro nigromante, otro lo será...

domingo, 22 de abril de 2012

I'm back

  Y entonces se mostró ante mí, desnuda como una mujer bella que no necesita esconder sus curvas naturales y cuya belleza yace en su aptitud. Como quien no necesita posar de modo artificial y obsceno para mostrar su sensualidad, simplemente te envuelve la seguridad y naturalidad de sus movimientos.

  La verdad es que andaba tiempo buscándola por distintos recovecos, como si un día me fuera a levantar y estuviese ahí, en un cajón de mi dormitorio, esperándome. Me desvié de mi verdadero camino, pensando que las personas cambian tanto que se olvidan de lo que fueron, pensando que mi ser era cambiante y aquellas afirmaciones de hace unos años no podían aplicarse a día de hoy.

  No erraba en todo el programa, pero cierto es que me precipité en crear una ley tan opaca y compacta que no dejara lugar a excepciones. Así estaba yo, absorta en un presente confuso. Al pasado quedaban los felices recuerdos de una ignorancia marchita por la corrupción de los años; el conocimiento nos forja, nos libera lentamente, pero debemos pagar el precio de la amargura interior que deja en nosotros la realidad. Tenía un futuro, eso lo sabía, siempre pensaba en los quehaceres del día siguiente, como si me estuvieran advirtiendo lo que me esperaba y reprochándome que no estuviese preparada.

  Como un alma escuálida dentro de un cuerpo mediocre andaba todos los días siguiendo el ritmo impuesto por la triste rutina. Sin esperanzas, sin sueños, sin metas que me animaran a sentarme ahí y hacerlo lo mejor que supiera. Ni Dios sabe como hubiese terminado pasadas dos semanas, un mes... ni si realmente hubiera aguantado hasta los dos meses de este errante camino de vanas promesas acerca de un futuro provechoso y jovial.

  Y de pronto lo vi, fue como tener una conversación con el pasado, como si mi yo de hace unos años haya caminado hasta mí y hubiese quedado petrificado tras ver el mundo que me rodeaba y mi reacción al verlo; casi podía ver su mirada de desaprobación a verme a mí, en depresión emocional desbordada por la realidad de los acontecimientos. Al principio, decepción, nunca he sido mucho ni he destacado por mis capacidades. Pero verme fuera de todo principio que pudiera tener, verme triste y envuelta de lágrimas desmoronada como el hielo del invierno al entrar la primavera... me encontré sola y decepcionada, había estado tan preocupada dándome por hecho que me había olvidado de mí misma, me había dejado mis principios por el camino, solo tenía su envoltorio. Sabía cuales eran pero me veía incapaz de llevarlos a cabo.

  <<¿Pero qué haces?>> sonaba en mi mente, es cierto, había pasado mucho tiempo antes de verlo, sentí que me despertaba, me desperezaba, como cuando pasas una noche larga porque tus sueños han sido atrapados por pesadillas. Entonces, cuando no sabía qué hacer ni como sentirme, sonreí, pero sonreí de verdad, me reencontré con la sonrisa, hacía tiempo que nos separamos, que me distancié de ella.

  Ya no tenía miedo, ya no sentía esa inseguridad a avanzar por no tener claro lo anterior. Simplemente lo unía con un lazo y me lo llevaba, el viaje es largo y ya lo entenderé por el camino. Si estuviese tan segura de que iba a fracasar no lo hubiera repetido tanto; es el momento de hacer las cosas con una sonrisa en la cara y llevarlo todo con humor, no estoy dispuesta a caer por no haberlo intentado. Lo que antes eran muros macizos de piedra que impedían el paso, ahora son piedras en el camino que se apartan con una patada o se saltan; no sé si los problemas han disminuido su tamaño o yo me he hecho más grande.

  Esto no era empezar, esto era seguir con mis tareas pero enfocándolas de otro modo, como debería haber sido siempre. Todo parece posible, ya no me preocupo de lo físico, ni de lo emocional, tengo una meta y estoy segura; llegar hasta ella se presenta como un reto al que accedo encantada, no como una penitencia de la que soy mártir. Y como el fenix que resurge de sus cenizas despierto yo tras un largo y profundo paréntesis.


  "Es hora de alzar el vuelo con mis alas rotas, porque he aprendido a volar con ellas y ya no quiero otras".


viernes, 6 de abril de 2012

Pura suerte...

Según nacemos, según crecemos, nos encontramos con miles, millones, billones y muchos más sucesos que se escapan de nuestro control.
Somos unos individuos egocéntricos, y catalogamos de manera especial aquello que sucede fuera de nuestro control (aunque sea infinitamente mayor) como producto del azar, de la suerte.

Se sabe de la gente con buena suerte, que, de alguna forma, parece tener una tendencia a que los sucesos azarosos sean favorables para esas personas. Pero claro, eso sólo es probabilidad.
También es posible que la propia persona, quite algo de suerte, sabiéndolo o no sabiéndolo, sencillamente estando lo suficientemente abierto a buscar nuevas posibilidades. A buscar cualquier forma para que ese suceso se de.
Tiene sentido si lo piensas.
Normalmente, esperamos conseguir dinero de un trabajo, una tarea, la lotería (aunque eso sí es suerte, y lo demás tonterías), o incluso en el suelo.
Hace tiempo leí un estudio curioso: Sabiendo que la gente se cierra a que esas son las formas comunes de encontrar dinero; pusieron unos cuantos billetes de 5 dólares a las ramas de unos árboles en medio de la calle.
Casi nadie los vió.

Prácticamente nadie los vió.
Sólo se percataron de ello personas que podríamos decir que tuvieron buena suerte.
Esa suerte era pura predisposición. Era una amplitud de miras, que les sacaba de las formas de obtener dinero que antes he mencionado.

Sigue siendo suerte, a fin de cuentas. Sencillamente has abierto el campo de visión.
La gente con suerte, suele ser gente que puede esperar cualquier cosa de cualquier otra cosa. Son personas que juegan con ventaja. En vez de jugárselo todo a un color en la ruleta, se lo pueden jugar al negro y al rojo a la vez. Así es mucho más fácil ganar (que no seguro, que quede claro).
Son personas que pueden suponer que el azar puede hacer cosas totalmente azarosas.

Ni tréboles de cuatro hojas. Ni herraduras. Ni mariquitas. Ni nada.
Esas cosas no afectan a la suerte. Afectan a nuestra capacidad de percibirla.
Pero eso es bueno, yo animo a la gente a tener sus amuletos de la suerte (yo mismo tengo un sombrero que me pongo para los exámenes difíciles. De momento funciona) porque de alguna forma, nos convence a nosotros mismos de que encontraremos esa oportunidad que el azar nos trae, y de hecho nos hace fijarnos más. Como unos prismáticos para fijarse en una figura lejana, que la descubrimos y vemos con total precisión. Los amuletos nos permiten encontrar esa suerte.

Además, ésta suerte puede ser contagiosa.
Ésta determinación podemos extenderla, podemos irradiarla y afectar a las personas a nuestro alrededor.
Así, la gente también podrá captar (si está dispuesta) nuestra percepción para ver o no ver las buenas oportunidades azarosas.
Os animo a compartir vuestra suerte con los demás.



En la naturaleza, todo es suerte. Porque todo es automático, consecuente, e impredecible.
La única manera de que se pudiese preveer absolutamente todo, destruyendo instantáneamente el concepto puro de azar. Sería el poseer un conocimiento absoluto de la cantidad de materia y posición de ésta, así como de la energía, en el inicio del mundo. Igualmente, también habría que tener un absoluto conocimiento de las consecuencias que tendría en cada instante cada mínima partícula.

En teoría, así se podría conocer absolutamente todo lo pasado, presente, y futuro.

Obviamente, es totalmente imposible. Es imposible controlarlo todo.

La gente necesita de la suerte. Las personas dependemos de que existan o no sucesos azarosos.
Si todo estuviese controlado, si todo en nuestra vida se nos presentase tal y como lo planeamos...

Sería, perdónenme la expresión, el mayor COÑAZO de los tiempos. Un aburrimiento, una plasta, un sinsentido, un hastío. Un comoseaqueloquieras llamar. Un rollo.
No habría nada que no nos esperásemos. Sabríamos cómo sucede cada cosa.
Nos cansaríamos de todo antes de que existiese siquiera.
Por eso me alegro de que la suerte nunca desaparecerá.
La fortuna, el azar, la suerte, como lo llames, es algo maravilloso, pues es lo que le da el color a tu vida.

Lo especial de la suerte, es que te va pintando la vida. Te la pinta a veces de gris, otras de blanco, otras de amarillo, algunas de azul...
El caso es que, al final de todo, y si hemos vivido lo suficiente, la gente suele tener toda la vida pintada más o menos del mismo color, de las diferentes capas que se han ido superponiendo y mezclando entre sí (Porque, mira tú que suerte, la pintura sigue fresca).
Aunque hay también vidas pintadas de forma distinta...
Vidas que sólo han buscado la pintura en el mismo cajón, y como resultado han acabado pintados de forma encasillada, y así es su suerte. Su pura suerte ha pasado a ser algo que no tenía casi a donde ir, y sería bastante raro encontrar muchas pincelasdas variadas en un único cajón.
A mi juicio, por eso son tan penosas las depresiones (que no los deprimidos). En la depresión, te encierras en un cajón y te cierras a que encuentres suerte de una u otra manera.

Luego, hay gente que estaría pintada al final de colores muy muy brillantes y coloridos, de mucha buena suerte. Ésta gente, no tiene más ciencia, que tener buena suerte, y buenas miras. ¿Puede ser que sea una persona también encasillada y todo les haya ido perfecto? Sí, puede ser. Ridículamente improbable pero puede ser. Es mucho más normal que esas personas hayan estado buscando los colores de los pinceles en todas partes, dispuestos a encontrarlos en cualquier parte y, por puro azar, han encotrado muchos de esos colores. Aunque seguro que tienen un par de manchas oscuras, que no todo es buena suerte. Y menos si buscas en todo.

Si tienes mala suerte, no te deprimas. Sólo amplía tus miras.
Sólo busca más cosas donde antes no mirastes. Donde nisiquiera pensastes que podrías empear a buscar.
¿Que el azar te ha pintado de negro un tiempo? Tú anímate y busca una suerte brillante.





Todos acabamos con un color de suerte parecido.
Y ese color es una mezcla total. Tiene buenos y malos momentos. Buena y mala suerte.
Esas son las vidas realmente vividas.
Esas son las vidas que han pasado por el puro azar.

Vidas que pasan de malo a bueno, de bueno a malo, y de malo a bueno de nuevo.
El truco es que si miras bien, tendrás más momentos de bueno que de malo.



O tal vez no, ¿qué sabré yo?
Eso es pura suerte...

domingo, 1 de abril de 2012

Derechos y deberes

Oscuro es el caballo que no se deja dominar, aquel que se desata de cualquier rienda por más dura que sea. No tiende a razones, vive su día a día guiándose sólo por su necesidad, sus propios intereses. No puedes negar la pasión a un ser no ha aprendido a razonar ni a obedecer.

Todos nacemos egocéntricos, indefensos y egoístas. Si queremos algo sentimos la necesidad de tenerlo sin poder mirar a nada más, a nadie mas. Necesitamos que todo esté dispuesto para nosotros y requerimos de la atención de otros para nuestra supervivencia. Somos pequeños caballos negros, en nuestro ser sólo está él, nadie más.

Pero luego nos educan y con las mismas nos muestran que debemos controlar a ese caballo. A su vez, aparece otro, más blanco, más puro. Este está domesticado, sencillo de llevar, se deja montar y no se siente incómodo con las riendas puestas.

Aprendemos a compartir, a cooperar, a relacionarnos con los demás y a esperar nuestro turno. Su proyecto se resume en convertirnos en caballos blancos, capaces de movernos en la dirección que nos digan sin oponer resistencia. ¿Parece sencillo? Sí, es lo normal, lo normal es ser amable, sonreír y poner siempre la otra mejilla.

Y así pasan los años, te han dicho tantas veces que debes ser bueno que apenas recuerdas tener instintos. No digas tonterías, no podemos olvidarnos de la evolución. Somos animales, más inteligentes, pero animales. Tenemos esa fuerza interior, ese caballo negro que es difícil de controlar. La "perfección" se encuentra en el equilibrio, llevar a la par a los dos caballos, que ninguno adelante al otro para no volcar el carro del alma.

Pero que no te engañen. El caballo blanco está bien, pero no podemos decir que sí a cualquier rienda, debemos saber distinguir entre guiar y obligar. Es muy sencillo tener un ejército tan blanco y dócil de caballos que se puedan confundir con ovejas de un rebaño.

Tampoco debemos ser caballos negros como la noche que sólo responda a sus instintos. Tenemos conocimiento y podemos razonar, somos seres más evolucionados y debemos demostrarlo.

Usemos nuestra lógica para reconocer las injusticias y las manipulaciones; los consejos y las ayudas. Para ello debemos valernos del sentido común, de todos nuestros conocimientos adquiridos, cuanto más sepamos, cuanto más conozcamos, menos nos podrán engañar; porque cualquiera puede hablarnos de aquello que no tenemos juicio ninguno.

Desgraciadamente vivimos en una sociedad que premia la ignorancia, discrimina la cultura e infravalora la investigación. Pero seamos más listos que eso, vayamos un paso por delante, no dejemos que nos prohíban conocer nuestro entorno, no dejemos que decidan como vivir nuestras vidas, no dejemos que nos mientan sin darnos cuenta, ni ignoremos sus mentiras cuando somos conscientes de ellas.

Recordad que tenemos una serie de derechos y nuestros deberes, cual caballos opuestos, a los que debemos controlar siempre con nuestras riendas de la razón para que vayan a la par y no permitir que uno adelante al otro.


Cumple con tus deberes y podrás reclamar tus derechos.

lunes, 26 de marzo de 2012

Divagación | Arte | Caballerosidad

Antes de nada, debo decir que perdonen el retraso. La época de exámenes pasa factura.
Estoy escribiendo desde el instituto, y no puedo traer desde aquí la sorpresa que prometí en mi anterior desvarío.
En éstos momentos, sólo mi manía de dejar para el último momento las cosas me permite reconocerme a mí mismo.
Siento cómo éstos últimos días, ha estado cambiando mi propia forma de ser.
Siento que se pierden mis facultades de arte y gentileza. Siento que actúo más de una vez como uno de esos bobos adolescentes que tienen el cerebro ahogado en bebidas de garrafón.
Quiero ser optimista y atribuirlo al estrés de los estudios.
Las partes de mí mismo que más valoro y que más miedo me da perder son esenciales para mí desde tres puntos:

· Desde el punto de puro ego, de mirada hacia mí mismo, mi Divagación, mis desvaríos. Todas mis "idas de olla" que me acercan a una [sana] locura. Esa capacidad que tengo para perderme en mi propio mundo y de extenderlo hasta el infinito. Esa capacidad de crear y sorprenderme de mis creaciones. Mi habilidad, nata o innata -eso es lo de menos- de imaginar y relacionar las cosas más imposibles, de una manera totalmente absurda y, a la vez, de una manera totalmente racional. La aburrida y sinsentida seriedad poco a poco me infecta. Doy gracias a mis compañeros por espolear mi locura de una u otra forma, pues si la desarrollo por mi cuenta, corro el riesgo de crear en mí una locura negativa y psicótica.

· Desde el punto de pura expresión, de desarrollo y elaboración, mi Arte, la huella que dejo. Siempre he sentido la necesidad de expresar mis divagaciones. Desde que tengo memoria, mis lápices, bolígrafos, o cualquier trasto para trazar líneas han estado trabajando para sacar al mundo físico mis ideas. Partiendo del hecho de que escribo un blog, de que hago todos éstos desvaríos, que más de una vez han recibido un elogio o un comentario (siempre muy agradecido), es fácil pensar que mi arte radica en la escritura. Personalmente, me siento más orgulloso de mi arte plástica, de mi dibujo. Sin embargo, también sé reconocer que no tengo un nivel lo suficientemente elevado, y menos una constancia necesaria para llevar a cabo proyectos a largo plazo. Poco a poco, creo que estoy quitando valores a mis dibujos, y no quiero que esa forma de expresión que llevo ejercitando desde mi infancia deje de ser algo tan significativo. La necesidad de elaborar una pura redacción que se me presenta últimamente puede estar eclipsando mis otras maneras de expresión.

· Por último, desde un punto social, de las relaciones que establezco entre los demás individuos, valoro ante todo mi Caballerosidad, mi gentileza. Quiero echar la culpa a éstos últimos cambios a los resquicios de adolescencia que cambian la personalidad de los jóvenes durante esa etapa de madurez. También quiero creer -y creo firmemente que así será, pues la caballerosidad debería ser más propia de un adulto que de el pequeñajo que era.- que no tardaré en volver a mi actitud natural. El respeto es algo que ya he tratado en éste mismo blog. Soy una persona que valora mucho mantener la educación, las formas, una actitud decente y muy de la vieja escuela. Eso es algo que tendrían que instruir en las escuelas. Ahora mismo, no tengo ni repajolera idea de cómo es que yo desarrollé tal actitud. Pero no fue para nada por la enseñanza pública. Mi opinión es que tendrían que cambiar la asignatura de Religión por la de Ciudadanía o como sea que se la quiera llamar, que enseñe a mantener las formas y el respeto. Aunque siempre habrá un grupo con poder que insista en aferrarse a mantener la religión al lado de la instrucción (aunque creo que eso sería como enseñar matemáticas en la Iglesia, pero bueno...). No podemos culpar a la sociedad por eso, tiene que avanzar en conjunto, y al ritmo que necesite. Lo que sí que no se puede hacer es dar pasos atrás. Pero eso es ya otro tema.



El asunto es que quiero seguir manteniendo mi identidad. Mi propia esencia. Quiero ser yo mismo. No quiero ser un loco, ni un racional. No quiero ser un aburrido ni un payaso. No quiero ser ni un gamberro, ni un sargento. Quiero ser yo mismo. Si es sólo por ésta temporada de estrés y conflicto, que alcanzará su clímax en junio, no me importará que se queden sólo por un breve tiempo a un lado. Sólo deseo que, en cuanto todo se reestablezca, vuelvan a mí mis facultades.



Quiero volver a mis divagaciones, a mi arte, y a mi caballerosidad, que no se mueran ni se manchen de negro para siempre.

viernes, 16 de marzo de 2012

La lluvia ya no es una simple tontería de dos minutos. Cada vez aprieta más fuerte recordándole el mal día que ha tenido, se ríe de él y le moja entero, el traje de chaqueta empapado, en el fondo no hecha de menos el paraguas, él, en verdad, quisiera disfrutar de esto, quisiera mojarse más, respirar ese aire puro que llena sus pulmones de libertad. Tiene la sensación de haber estado atado demasiado tiempo a las normas sociales y no se lo piensa más, se quita la chaqueta y la tira a un lado de la carretera, luego se afloja la corbata y también la lanza donde cualquier gato pudiera encontrarla. Sin agacharse se quita los zapatos y va con calcetines por el solitario asfalto, se abre la camisa dejando su pecho al descubierto permitiendo a las gotas de lluvia recorrer su torso y espalda. No tiene frío, en este momento no existen los años, no existe el tiempo ni el espacio, él no trabaja en ninguna oficina y tampoco tiene que pagar hipoteca.

Corre, salta, grita, llora, gira, se tira en el suelo, respira, se levanta de golpe, agita su pelo moreno y mojado. Está alegre, todo el trabajo, el estrés, el dinero, la gente… son ideas que no tiene sitio en su cabeza, se han esfumado, está libre, se siente como un niño.

Tras desconectar varios minutos, por no decir horas, por no decir segundos, de la monotonía busca sus cosas, recogiéndolas, la corbata se la pone por encima, sin ajustársela, la chaqueta la lleva en el brazo y los zapatos en la mano.

Vuelve a caminar, pero de un modo distinto, ya no siente esa presión, camina rápido por la estrecha callejuela despistado, viendo todo sin mirar nada.

Tuerce la esquina y choca con una chica, pelo despeinado y mal recogido en una coleta. Camisa larga que oculta los pantalones cortos de abajo. Los tacones en la mano y la chaqueta en la otra, empapada de arriba abajo y con una sonrisa sincera en el rostro.

Todos tenemos problemas y a veces tenemos que mirar el mundo de otro modo, no limitarnos a seguir lo previsto, a veces necesitamos mojarnos bajo la lluvia, porque la vida no viene con paraguas para cubrirnos.

Pasamos tanto tiempo preocupados por cubrirnos de la lluvia que a veces olvidamos lo que se siente bajo ella.


jueves, 8 de marzo de 2012

Olvidar y perdonar

Muchos seguro que habrán oído la frase de "Perdono, pero no olvido."
Con ésto, mucha gente dice que te tratará como si nada hubiese pasado, pero que sabe que ha pasado, y podrá echártelo en cara.
Yo sigo también el dictamen de esa frase: Yo perdono, pero no olvido.
No en el sentido antes mencionado, sino en uno diferente. Yo perdono cuando lo considero apropiado, que tampoco es cuestión de que me peguen un puñetazo y le perdone sin hacer nada.
Lo que nunca hago es olvidar. Recuerdo muy bien lo que me hace alguien que tuviese que pedirme perdón.
Recordaré muy bien las cosas pasadas.



Pero lo que más recordaré, será la razón por la cual las perdoné.
Si las perdono, las perdono; y más me hace considerar el sentido que tiene el perdón. Si puedes perdonar a alguien, por muy grave que haya sido su error, significa que entre ambos se encuentra un vínculo importante.
Es lo que permite que un amigo pueda cometer un error y se lo perdones.
Es lo que permite que no seamos eternos rencorosos.
Es lo que yo no olvido, la razón de por qué perdono.

De igual manera que un constructor se siente orgulloso de que su presa aguante la presión del agua que retiene, yo me siento orgulloso de que se haya construido un vínculo fuerte entre un amigo que aguante los golpes que pueda recibir.
Platón volvía al interior de su caverna para ayudar a los que seguían encerrados en las tinieblas de la ignorancia. De igual modo, yo quiero que los vínculos forjados durante tanto tiempo como sea que fuese aguanten, aunque tenga que ayudar tanto como pueda, aunque tenga que recibir golpes, mientras el vínculo no se rompa, seguiremos siendo amigos.
Pero su el vínculo se rompe, si el golpe ha sido muy fuerte, ya no hay nada que salvar.
Lo máximo que puedes hacer es, inspirado por los buenos recuerdos o por lo que sea, volver a construirlo desde cero. Que se vuelva a construir. El quién ponga más de su parte ya se verá, pero de todas formas una vez el vínculo está roto, déjalo pasar y perdona de verdad cuando seáis más amigos de nuevo.

Así que, os sugiero -que no obligo- que perdonéis si veis que podéis perdonar. Y que nunca olvidéis que perdonasteis.

y hablando de perdonar, pido perdón por la dejadez que llevamos éste año, que vamos al ritmo de una entrada al mes. Lo compensaré, la semana que viene prepararé una sorpresa (Si no se me olvida); así que perdonadme si queréis, y no olvidéis por qué quisisteis perdonarme.

viernes, 2 de marzo de 2012

No light


Quizás sea falta de tiempo o de práctica. Puede que mi cerebro se haya atrofiado y que, cansado de escribir, tome por descanso el arte de no hacer nada. Después de los esfuerzos por pensar constantemente, parece haberse acabado las ganas de pensar en lo que se desea después de todo. Me encuentro en un estado en el que lo raro es tener tiempo para pensar en nada. Hace un tiempo esto me hubiera dado rabia y tristeza a partes iguales, pero ahora no hay emoción alguna en mis palabras, tampoco hay fuerzas, ni sueños. Quiero seguir adelante en el camino, pero hay que estar tan pendiente en prepararlo que se considera pecado plantear un camino alternativo o simplemente pensar en lo que nos depara el propio. Y ahora, inmersa en mi limbo de emociones, solo puedo hacer una especie de lotería y esperar tener algún momento de felicidad y emoción, de esos que duran poco y no dejan ni sus cenizas. En vez de eso, me convierto en un saco lleno de cosas que ni yo conozco desbordándose en lágrimas llenas de algo que no sabría identificar, solo son una alerta para avisar que algo en el interior de mi mente, o de mi alma (según los más místicos), está averiado, roto o estropeado. Hay quien predica que el mayor don que podemos poseer es la virtud de conocernos a nosotros mismos y para ello no es necesario dinero, pero si algo más valioso: las pequeñas fracciones de diamante incrustadas en cada minuto que pasa sin más, sin la posibilidad de hacer algo al respecto. En los tiempos en los que estamos parece ilegal quejarse, nos hacen creer que el tiempo para pensar independientemente no merece la pena, no da resultados; cuando lo realmente cierto es que necesitamos mirar por nosotros mismos y juzgar según el criterio conveniente. Necesitamos muy poco tiempo para darnos cuenta de que algo va mal, pero mucho para poder remediarlo. Y si de algo puedo estar segura es de que todos necesitamos un motor que nos ayude a soportar lo que hay fuera, una fuerza que nos ayude y nos haga poderosos, una motivación que nada ni nadie nos pueda quitar, pues sería arrancar nuestro ser. Sin ese motor solo seríamos máquinas vacías y frías, marionetas cogidas por los mismos hilos que sólo los colores las diferencian. Nos convertimos en un números más, sin importancia para nadie, tampoco para nosotros; y no hay nada más triste que no ser especial ni para uno mismo. Por ello yo me compadezco de aquellos que intentan seguir el camino que otros han hecho, por esos que tienen miedo a destacar e imitan al pionero sin analizar de modo crítico si es o no lo que quieren para ellos mismos. Puede que me conforme con ser mediocre antes que brillar entre los demás, pero creo que ese puesto se lo merece alguien con una meta que alcanzar por encima de todo, alguien con un motor tan potente que nunca se canse de funcionar, aún en los momentos más duros, cuya energía llene al completo las aspiraciones del sujeto, un sujeto digno de admirar y al que envidio de modo puramente sano. Por esta razón, reclamaré ese brillo incandescente y distinguido cuando deje atrás la jaula opaca de mi anhelo, haciéndole despertar así de su profundo y extenso descanso que le lleva durando tanto tiempo que me hace preguntarme y dudar si algún día existió. Desgraciadamente, todavía soy solo una coraza vacía de emociones que sigue el camino impuesto sin posibilidad de aspirar a algo más y salirse de la línea señalizada, pues sin una meta es fácil perderse sin retorno en la inerte ignorancia que lamentablemente abunda en nuestros días.

Sin conclusión, esperando que esto no sea un estado permanente.

martes, 14 de febrero de 2012

[Amor] Definición:

Lo primero, una disculpa, ahora que parecía uqe ya habíamos recuperado el blog, se vuelve a abandonar un par de semanas. Si es que no hay remedio xD
En fin, el año pasado, por éstas fechas, hice un desvarío común y al final dije que no esperasen nada por San Valentín.
Bueno, pues éste año, vamos a conceder ése pequeño capricho a los lectores que esperen un toque romántico más directo. Así que, comencemos con un desvarío de San Valentín.


Amor
Mucha gente lo ha descrito de mil y una maneras. Como una sensación mágica, como un géiser de emociones, como una maldición eterna...
El amor, es una simple y compleja reacción química.
No es absolutamente nada más. Son una consecuencia de hormonas que se liberan en nuestro cuerpo que nos producen una sensación de placer y se asocian a una determinada persona con la que nos sentimos instintivamente forzados a mantener una relación con el fin de obtener más de éste placer.
Ésta relación empieza a generar una adicción que nos hace dependientes o "enamorados" de esa persona. Así, en breve resumen, se explica la química del amor.


Sin embargo...

El amor, es un sentimiento, una sensación, que por mucho que se escriba sobre ella, nunca es suficiente. Es algo que nos imbuye con un espíritu totalmente nuevo. El amor no es algo que deba describirse con la ciencia. Ya lo dijo hace tiempo Pascal, "El amor tiene razones que nisiquiera la razón puede entender", o algo así. El amor posee un misterioso trasfondo que se nos hace imposible de desvelar por completo. La "química del amor" que enuncié antes, podríamos considerarlo como las consecuencias físicas que el amor nos deja en el cuerpo material, en la res extensa de Descartes. Pero existe mucho más aparte de eso. Existen tantas cosas que ni yo puedo mencionarlas. El amor te impulsa y te lanza. Te anima y te recubre. Te hace pensar sólo en eso, como una adicción a la más horrible droga. Sin embargo, nadie ha pensado siquiera en prohibir el amor de la forma en la que se prohiben las drogas. Porque el amor, es más que esa adicción. Como amor, también podemos describir un infinito conjunto de sensaciones que se concentran como una única. Conocemos como amor lo que nos hace infinitamente felices; también como lo que nos hace infinitamente tristes. Depende mucho de la situación y de la visión que el individuo tenga del mundo. El amor no es algo que podamos describir con los términos técnicos ni científicos. Es la máxima representación de relaciones que podemos establecer con los demás. Es el máximo gozo que podemos experimentar. Es la más fuerte de las razones para cometer locuras. Es la peor de las enfermedades cuando se sufre.
¿Librarse del amor es posible? Sí, seguramente. Sólo hace falta una visión totalmente racional y una capacidad de autoengaño que algunos podrían clasificar de patética, y otros de genial; con la que convencernos a nosotros mismos de que no sentimos nada. Yo aún no he hecho la prueba.

Ni tengo intención.
No tengo intención alguna de borrar voluntariamente éste sentimiento, ni ningún otro.
Me siento afortunado de cualquier emoción que sienta. Sea negativa o positiva. Aunque en ese mismo momento no lo pueda apreciar, cualquier sensación se me hace valiosa, pues es una prueba de que no soy un robot máximamente racional.
Esa es otra de las razones por las que no hay que describir el amor de manera científica y exacta. Es algo que no pertenece al ámbito de la razón pura, es algo que sólo podemos experimentar en ese momento, por muchas conjeturas que saquemos de antemano. Los Vínculos que formamos con el amor, son uno de los sustentos de nuestra humanidad. Por consecuencia, el amor es una de las más importantes facciones de nuestra humanidad.
Por consecuencia última, no importa que hoy no te haya sido correspondido, ni que la relación pase por un momento terrible. No importa que en éste momento tengas la absoluta certeza de que el amor es algo inútil o despreciable. El amor, siempre ha sido y siempre será importante para los individuos.
Por ello, me siento agradecido de poder padecer los síntomas del amor.



Feliz San Valentín a todos.

sábado, 28 de enero de 2012

Voluntad

Lo primero, pedir disculpas, éste ha sido un retraso de más de un mes. Ya se sabe como son éstas cosas. Lo vas dejando para otro día, para otro día, para otro día...
Y pasa lo que pasa. bueno, comencemos el desvarío de ésta semana.


...¿Dónde está?
Últimamente lo estoy perdiendo todo.
Me preocupé más por haber perdido la cabeza, pero no es lo único que me falta.
Ahora echo de menos la voluntad. La fuerza. EL impulso que necesito para actuar. El amor, como dijo hace tiempo Platón, que se siente hacia un acto y que nos impulsa a hacerlo.
En el mundo que conocemos como el real, es en la juventud cuando más se tiene que exprimir la voluntad. No la encuentro. Su casa está vacía. Necesito encontrar esa determinación. ¿Dónde se supone que está?
Mi cabeza vuelve, pero sigue ausentándose de cuando en cuando. A lo mejor va a visitarla.
Empecé el año pasado con una voluntad infinita, con ganas de comerme el mundo. Y éste, sin embargo...
No tengo voluntad para lo que el "real" exige. No tengo apenas voluntad para lo que se necesita. No tengo siquiera voluntad para buscar la lógica a éste mundo de sinsentidos. Aunque así es mucho más divertido, la verdad.
Un mundo sin lógica deja más a la imaginación. Quizás ahí sí que pueda crear una nueva voluntad...
Pero de poco me sirve, esa voluntad no daría resultados en el mundo real. Todos los demás se están exprimiendo la voluntad para llenarse la cabeza de lo que hay que llenársela. Yo aun no sé si es lo que necesitamos, o es lo que nos dicen que necesitamos.
No puedo criticarlo ni cuestionarlo apenas de manera seria. El mundo ahora parece que funcionaría bien en teoría...
Cierto es que estáyendose un poquito a la mierda, pero bueeeenoooo, siempre hay alguien que la caga.
No puedo cuestionar lo que nos hacen estudiar, así como tampoco nadie puede cuestionar laobligada necesidad que nos dan a tener una preparación que acaba siendo un satélite que eclipsa todo lo que vemos hasta que podemos eclipsarnos con el satélite laboral, sin el cual no funcionamos hoy día.
¿Dónde está la gracia si careces de voluntad para continuar ese camino?
¿Acaso unca ha existido ninguna otra salida de la caverna de Platón? ¿Sólo un camino único? ¿Y ese único camino realmente nos muestra la absoluta verdad? ¿Acaso no puede ser, digo yo, que podamos encontrar varios caminos? El más fácil, el más cómodo para nosotros, sin que tenga que serlo para los demás.
Por ahora, parece que tenemos que seguir ese camino, de estudiar, y de acabar en un puesto de trabajo que acaba siendo influenciado más por las relaciones y las apariencias que lo demás. Siendo así, ¿para qué se ha exprimido tanto la voluntad la gente?


...


A lo mejor, es que no hemos sacado la última voluntad.
La voluntad para, una vez pasada la preparación que hay que seguir, y darnos "libertad" (influenciada como he dicho, por la posición, la apariencia, y las relaciones en varias ocasiones), no pensar en escalar el camino de la caverna, ni tampoco en quedarse escondidos, sino en coger un pico y empezar a hacer nuestra propia salida hacia la verdad (éxito).
Para eso es para lo que se necesita la auténtica voluntad. Para poder hacer lo que nosotros ansiemos de verdad.
Es más fácil seguir los caminos, variados y too eso.
¿Pero no es más divertido hacer tu propio camino?
Te llevarás chascos, disgustos..
Pero según tu voluntad, podrás pasar más tiempo cavando. Mucho más rápido, mucho mejor. Poco a poco, hasta que por fin, ves luz. Hasta que, con tu propia voluntad, has abierto un camino totalmente nuevo. Has abierto TU camino. Ahora, tras habe usado toda tu voluntad, puedes sentarte
y disfrutar de la luz del exterior de la caverna que tú mismo te has ganado.