Corre, salta, grita, llora, gira, se tira en el suelo, respira, se levanta de golpe, agita su pelo moreno y mojado. Está alegre, todo el trabajo, el estrés, el dinero, la gente… son ideas que no tiene sitio en su cabeza, se han esfumado, está libre, se siente como un niño.
Tras desconectar varios minutos, por no decir horas, por no decir segundos, de la monotonía busca sus cosas, recogiéndolas, la corbata se la pone por encima, sin ajustársela, la chaqueta la lleva en el brazo y los zapatos en la mano.
Vuelve a caminar, pero de un modo distinto, ya no siente esa presión, camina rápido por la estrecha callejuela despistado, viendo todo sin mirar nada.
Tuerce la esquina y choca con una chica, pelo despeinado y mal recogido en una coleta. Camisa larga que oculta los pantalones cortos de abajo. Los tacones en la mano y la chaqueta en la otra, empapada de arriba abajo y con una sonrisa sincera en el rostro.
Todos tenemos problemas y a veces tenemos que mirar el mundo de otro modo, no limitarnos a seguir lo previsto, a veces necesitamos mojarnos bajo la lluvia, porque la vida no viene con paraguas para cubrirnos.
Pasamos tanto tiempo preocupados por cubrirnos de la lluvia que a veces olvidamos lo que se siente bajo ella.
La perfección de esta publicacion es demasiada.Me encanto demasiado la historia.
ResponderEliminarEsta hermosa.
¿De verdad te gusta? yo no estaba muy convencida, pero gracias, eres una verdadera motivación :)
ResponderEliminarEncerio que si.Me hizo sentirme mejor mas feliz de alguna manera :)
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