viernes, 16 de marzo de 2012

La lluvia ya no es una simple tontería de dos minutos. Cada vez aprieta más fuerte recordándole el mal día que ha tenido, se ríe de él y le moja entero, el traje de chaqueta empapado, en el fondo no hecha de menos el paraguas, él, en verdad, quisiera disfrutar de esto, quisiera mojarse más, respirar ese aire puro que llena sus pulmones de libertad. Tiene la sensación de haber estado atado demasiado tiempo a las normas sociales y no se lo piensa más, se quita la chaqueta y la tira a un lado de la carretera, luego se afloja la corbata y también la lanza donde cualquier gato pudiera encontrarla. Sin agacharse se quita los zapatos y va con calcetines por el solitario asfalto, se abre la camisa dejando su pecho al descubierto permitiendo a las gotas de lluvia recorrer su torso y espalda. No tiene frío, en este momento no existen los años, no existe el tiempo ni el espacio, él no trabaja en ninguna oficina y tampoco tiene que pagar hipoteca.

Corre, salta, grita, llora, gira, se tira en el suelo, respira, se levanta de golpe, agita su pelo moreno y mojado. Está alegre, todo el trabajo, el estrés, el dinero, la gente… son ideas que no tiene sitio en su cabeza, se han esfumado, está libre, se siente como un niño.

Tras desconectar varios minutos, por no decir horas, por no decir segundos, de la monotonía busca sus cosas, recogiéndolas, la corbata se la pone por encima, sin ajustársela, la chaqueta la lleva en el brazo y los zapatos en la mano.

Vuelve a caminar, pero de un modo distinto, ya no siente esa presión, camina rápido por la estrecha callejuela despistado, viendo todo sin mirar nada.

Tuerce la esquina y choca con una chica, pelo despeinado y mal recogido en una coleta. Camisa larga que oculta los pantalones cortos de abajo. Los tacones en la mano y la chaqueta en la otra, empapada de arriba abajo y con una sonrisa sincera en el rostro.

Todos tenemos problemas y a veces tenemos que mirar el mundo de otro modo, no limitarnos a seguir lo previsto, a veces necesitamos mojarnos bajo la lluvia, porque la vida no viene con paraguas para cubrirnos.

Pasamos tanto tiempo preocupados por cubrirnos de la lluvia que a veces olvidamos lo que se siente bajo ella.


3 comentarios:

  1. La perfección de esta publicacion es demasiada.Me encanto demasiado la historia.
    Esta hermosa.

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  2. ¿De verdad te gusta? yo no estaba muy convencida, pero gracias, eres una verdadera motivación :)

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  3. Encerio que si.Me hizo sentirme mejor mas feliz de alguna manera :)

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