Llega el calor sofocante, y los baños refrescantes.
Llegan las mañanas, que no sabes si madrugar o quedarte en la cama hasta tarde. Ya habló mi compañera mucho sobre ésto en el post anterior, así que no diré mucho.
Llega el mediodía, con un calor sofocante que sólo admite la estancia en el exterior, fuera de la casa a resguardo del Sol, para darse un baño en la piscina o en la playa para los afortunados.
Llegan las tardes de silencio, interrumpido únicamente por los ronquidos de los que echen la siesta, los niños jugando y gritando por las calles y plazas, la televisión que sigue encendida de la telenovela de turno, y el sonido de fondo del mar.
... Unas horas que son, francamente, un coñazo para los que no duermen, pero podemos tener nuestros momentos de descanso.
El lápiz es mi mejor amigo éstas tardes de verano, acompañado de los folios. La consola queda relegada al segundo plano, y el ordenador reducido a revisar el correo cada día y poco más.
Llegan los atardeceres de colores cálidos como el propio Sol que los pinta. Los paseos en ese momento que el cielo se ilumina pero el aire comienza a refrescar. A esos momentos que prefectamente podrían ser el perfecto escenario para un momento estelar en una película romántica.
Llegan las noches de salir, de disfrutar, de saber que mañana no habrá clases, ni escuela, ni trabajo. Donde hay quienes optan por el remanso tranquilo, tomando un frío helado con una persona especial; o por un ardor y una música que retumba en toda tu alma con tus amigos y muchos más en una fiesta.
Llega el alba, donde en el mar sólo suelen quedar unos pocos pescadores, en las carreteras coches de gente que va a trabajar bien temprano, y las calles de los jóvenes juerguistas que salen de la fiesta nocturna que llevaban.
Y así vuelve a llegar la mañana, en la que los que llegamos de un paseo matutino, traemos churros, que al ser tan perfectos y amados con chocolate caliente en el frío invierno, tampoco caen precisamente mal en las mañanas tibias de verano.
Desayuno en la terraza, con el aire fresco del nuevo día aliviando el calor del entrante Sol, mientras cogemos fuerzas para el día que se nos espera.
Y más nos vale gastarlas todas, que dentro de un tiempo echaremos demasiado de menos éstos momentos en los que no hay nada que hacer.
Ahora cierro el portátil, me tumbo en la hamaca, y voy a relajarme a la sombra, que el remanso es un buen gozo del verano.
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~Enjoy the Summer~
Excelente la publicacion.
ResponderEliminarLo describiste todo perfectamente :)
No puedo esperar para llegar a la playa en unos dias :3
Publica pronto!