viernes, 22 de julio de 2011

Estrellas de mar

Estrellas centelleantes en el cielo, deslumbrantes, preciosas, antiguas, y lejanas.
Ésas son las las constelaciones, las galaxias, pero no las únicas estrellas con belleza.

El cielo es el gran techo que nos cubre, y el que le da el color al mar, cuyo azul es un reflejo del cielo que se ha convertido en uno mucho más enigmático y majestuoso.
Y, al igual que el color azul, los astros celestes tienen tambien otro reflejo en el mar.
Las estrellas del mar, un reflejo que ha ganado belleza y valor propio; separándose aun más de la imagen original que el azul oceánico.

No brillan, no están allí arriba, no están siempre en el mismo sitio, no nos sirven para guiarnos...
Pero viven. Respiran, comen, caminan. Tienen infinidad de variedades, infinidad de puntas, infinidad de colores, infinidad de bellezas cada cual más única y especial que la anterior.

En cierto sentido, el mar es una imitación del cielo hecha para cumplir nuestros caprichos. No podemos volar por el cielo, pero sí nadar por el mar. No podemos tocar las estrellas del cielo, pero sí guardar las estrellas del mar. Tardamos milenios en surcar libremente el cielo con potentes máquinas, pero con simples y rudimentarias barcas de madera nos volvimos marineros surcando las olas de los siete mares.
El cielo se refleja en el mar, y el mar es un espejo que deforma la realidad del cielo de una manera hermosa que podemos apreciar con más facilidad.
Bajo el cielo está la tierra, y bajo el mar el fondo oceánico. Bajo el cielo crecen los árboles, y bajo el mar crecen las algas, los corales.

El cielo tiene tranquilidad, remanso, paz. El mar puede tener tranquilidad, remanso y paz. Puede tener fiereza y poder en una tormenta. Puede tener extensiones de plena soledad para tí, y puede tener recovecos inundados de vida y color.

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Sólo podemos aspirar a acariciar las estrellas del cielo; pero podemos tocar y disfrutar del color de las estrellas del mar

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