jueves, 23 de junio de 2011

Volaré (Segunda parte)

Primera parte aquí
He estado volando durante demasiado tiempo... Están realmente dañadas de tanto Sol y tanto trabajo, llevo volando tanto tiempo que se me hace raro estar sentado; necesitaba éste descanso en lo alto del parque... Pero no te olvido, sigo con la idea de volver a aletear y buscarte con la soltura y energía de unas horas atrás.

Saco mi pequeño cuaderno de notas. Página tras página sólo hay garabatos, bocetos, y algunas palabras sueltas; predominando en sus momentos corazones sombreados y detallados así como burdos intentos de recrear tu lindo rostro con mi humilde lápiz.
Por fin, en la última página; encuentro lo que estaba buscando, una foto en la que apareces mostrando tu más tierna sonrisa; una atrayente mirada con tus ojos negros como el azabache; envuelto todo con tu cabello oscuro como la noche pero tan cálido como la llama de una antorcha.
Esbozo una sonrisa y la alegría brota poco a poco en mi cabeza. Sin darme cuenta, empiezo a silbar una canción que estaba escondida en algún rincón de mi desordenada mente.
Sobre las voces de la gente se eleva mi silbido; sobre el ruido de los coches se mueven mis notas; la gente no lo escucha ni quiere escucharlo; pero no importa. Sigo silbando, una melodía que tanto me recuerda a ti y que fluye por mi boca con soltura. Estoy feliz por recordarte aunque ya estuviese pensando en ti; y los labios me tiemblan de la sonrisa que tratan de esbozar que interrumpe mi silbido.
Callo y sonrío; dejando como sonido mío un único suspiro; pero no dejo de oír mi música.
Escucho cómo alguien más está silbando la misma canción que yo silbaba hace un momento; la oigo perfectamente y proviene de debajo de éstas ramas entre las que me relajo.
Sin dudar ni un segundo bajo rama por rama, silbando de nuevo para hacer notar mi presencia y mi respuesta a su melodía; que tenía un tono propio y hermoso que no sabía describir.
Una vez se acabaron las ramas, me dejo caer con cuidado y escondo mis tétricas alas. Dejo de silbar y comienzo a cantar para esa persona que está al otro lado del tronco. “Todavía queda gente dispuesta a entregarse en el amor ♪”. Ella también deja de silbar y canta conmigo “Y quiero demostrar que puedo yo ser así ♪” Ambos seguimos con nuestro dueto propio, mientras yo camino lentamente, disfrutando de éstos segundos únicos y preparándome para lo que hay al otro lado de éste árbol.
“♪ Verás que cuidaré como un tesoro lo nuestro ♪”Nos vemos cara a cara; nos miramos mutuamente. No decimos nada; dejamos por un momento de cantar; lo único que podemos hacer es sonreír. Me acerco poco a poco a ti; acerco mis brazos como tú los acercas; y nos abrazamos.

“Así que no tengas miedo ♪”Ésa fue la última frase que ambos dijimos antes de poder besar esos labios que tanto añoraba sin conocerlos; de acariciar ese pelo que tantos recuerdos nuevos me evocaba, de sentir el latido de su corazón en mi pecho; de encontrar por fin a la persona que tanto buscaba y por la que he estado viajando por cada rincón del mundo sin descanso…
Antes de reunirme con ella


[La canción que se canta es un fragmento de "No tengas miedo", de Tercer Cielo, si no me equivoco. Aquí les dejo el enlace a Youtube.]

2 comentarios:

  1. Me encanto la pequeña historia ,esta muy linda :3

    ResponderEliminar
  2. =3 Gracias~
    La envié a una revistita online a ver si colaba; pero aun no sé nada xD
    Pero me gustan mas tus historias. Volveré pronto a publicar uno de mis desvaríos típicos; pero la semana q viene le toca a Blackbird

    ResponderEliminar