De pequeños todos tenemos grandes expectativas para nuestro futuro. Algunos sueñan ser los más guapos, los más listos, los más altos, los más ricos o los más rápidos. Luego, conforme pasa el tiempo, nos damos cuenta de que no somos los más guapos ni los más listos. Está en nosotros destacar por nuestros méritos... destacar... es tan difícil y lo intenta tanta gente que no sabemos como hacerlo.

Hay quienes no intentan destacar, solo son felices con lo que son y con eso basta. Entonces creamos nuevos sueños, cada cual más extraño y más sencillo. Más accesibles, empiezas a apreciar los pequeños placeres y te ves sonriendo al sol en una caravana escuchando una cinta anticuada de música "hippie".

O bien puedes encontrar el placer en esas cosas que tan raras veías de pequeño, comienzas a entender cómo funcionan las cosas poco a poco. Creces y comienzas a vivir, se te cruzan los cables y haces locuras, te sientes libre y vas con los ojos cerrados por un poste de electricidad.

Pero esos sueños se esfuman, desaparecen en una espesa nube de humo como si de caucho ardiendo se tratase. Ya no eres ese niño estándar que todos hemos sido, eres diferente, eres tú mismo. Pero con esto no quiero decir que olvides tus sueños, si siguen estando en ti aun cuando has crecido es porque realmente quieres cumplirlos.

La vida es como un tren en marcha que va a toda velocidad, vivimos en peligro constante, como si una avispa estuviera rondándonos todo el tiempo sabiendo que en cualquier momento puede clavarnos su aguijón. Y, ¿sabes que es lo más raro de esto? que cosas como esas son las que hacen que esto de la vida tenga sentido.

Creo que pasamos demasiado tiempo intentando brillar por encima de los demás, queremos ser la joya o el perfume más caro de la tienda. Pero es mejor ser tú mismo, de este modo puede que no seas el más caro, pero quizás seas el mejor para alguien, y eso será más especial.

Está bien que muchas personas te quieran por ser perfecto, pero llena mucho más esa persona que sabe que no eres perfecto y aun así te quiere por tus defectos.