Solemos esconderlos por privacidad, por miedo a que los demás lo sepan, por miedo a que entren demasiado fácilmente a nuestro mundo y puedan llegar a afectarnos...
O también miedo a que nos conozcan demasiado, miedo a mostrarles algo que no les gustará, miedo a acabar solo, como si olvidasen el resto de cosas que tienes aparte de aquello que lo estropeó.
Son miedos profundos del alma, miedos que a la larga preferimos guardar en secreto tambien.
Por otra parte están los otros secretos, los que no los contamos porque preocuparían a la gente, sólo molestarían, o sencillamente no hay ninguna necesidad de contarlos.
Está bien guardarse algun secreto, te puede dar seguridad en tí mismo; te puede hacer pensar que todo va algo mejor, al fin y al cabo, será una parte tuya que nadie te quitará...
Pero tampoco sirve guardarse todos los secretos, claro está. No podemos vivir para siempre con la presión de guardar cualquier cosa sobre tí.
Somos humanos, debemos soltar nuestras cargas, y a al vez debemos quedarnos con algunas.
Tal vez un secreto nos refuerze un poco por dentro, o tal vez sea sólo un barranco del que probablemente caeremos.
Todo depende del juicio de las personas ante sus propias vidas.
O tal vez de lo que creamos que es el juicio de los demás, ¿quién sabe?
PD: ¿Creían que pondría algo sobre San Valentín, que está cerca?
ok, hablaré...
Originalmente era una fiesta religiosa sobre fertilidad en el que se azotaba a las parejas estériles para que luego echasen un polvo y era en diciembre; lo censuraron y lo cambiaron más suave a la fecha actual.
Tal y como están las cosas hoy día, sólo tengo dos palabras para San Valentín...
Puke Rainbows
Como que ame esta publicacion. :D
ResponderEliminarEncontre el blog hoy y me gusta asi que...Nueva seguidora! :)