viernes, 4 de febrero de 2011

Fugaz

Tiempo, no hay nada más fugaz. Se vuela de nuestras manos, se nos escapa sin que podamos evitarlo, y cuando por fin tenemos todo ese tiempo ya no nos sirve, y peor que eso es que no podemos guardarlo para cuando sí nos haga falta.
Vivimos como una estrella fugaz, que apenas dejará una estela de poco tiempo en la infinidad del espacio; no podemos darle la vuelta a nuestro tiempo cual reloj de arena, pero mejor es aprovechar el tiempo que sólo quedarse mirando cómo cada granito de arena cae y cae, contando los que ya están abajo, y recordándolos tristemente; mientras sigue pasando el tiempo, fluyendo y fluyendo, sin dejar de agotarse cada vez más. Nosotros apenas podemos tener nuestro propio tiempo, no podemos extenderlo; pero sí podemos aumentar su valor.

Que cada granito de arena de ese reloj no valga sólo un grano de arena, que valga como un diamante en bruto.













No dejéis que la fugacidad os pase factura, no dejéis que los momentos congelados se pierdan en el olvido, no dejéis que os quedéis sin arena que caiga y no halláis hecho nada...

No hay comentarios:

Publicar un comentario