El miedo, el terror, el pavor...
El pánico.
Es humano tener miedos, es comprensible tener miedos.
Pero la gente no nace con miedos, los miedos son algo aprendido.
Todos aprenderemos algo a lo que le tenemos que profesar miedo.
Da igual lo que hagas para evitarlo, esa es una gran verdad.
Si aislases a una persona completamente, sacaría el miedo al mundo exterior.
Si le dejas en el mundo exterior, tendrá miedo de algo que en encuentre.
Si le enseñas a una persona todo sobre el mundo conocido, terminará temiéndole a lo desconocido por no conocerlo, no por que sea peligroso.
La sociedad vive eternamente en un miedo constante sin saber ni a qué. Vivimos preocupados del miedo, y con miedo a esa preocupación.
Éste ciclo maldito nos encerrará para simepre. El pánico que sentimos no es más que miedo al propio miedo. Sólo tenemos que plantarle cara a ese gran monstruo de nuestra mente y decirle que ya no nos importa su presencia. Que somos suficiente listos como para que él jamás de los jamases siga complicándonos la vida.
Los miedos no son algo por lo que sentirnos mal. Los miedos son algo que nunca jamás se irán, y vivirán con nosotros par siempre.
Pero no por ello tenemos que vivir controlados por los hilos del miedo.
Nosotros, como personas racionales, podemos enfrentarnos y luchar contra nuestros más profundos temores.
Nunca los haremos desaparecer, pero sí que podremos pasar de ellos y conseguir que no nos afecten.
El verdadero valor de una persona se demuestra cuando ha sido capaz de superar sus miedos.
Así como los bajos niveles de la sociedad llegan a rebelarse contra los cargos superiores, contra las cadenas de la opresión; nosotros tambien podemos liberarnos del gran freno que en ocasiones supone éste miedo.
Podemos tratar este miedo enfrentándonos cara a cara; o atacando a la raíz de la que se nutre para bloquearnos; o podemos pasar del miedo.
Si tienes un miedo irracional a algo que de cualquier manera nunca jamás encontrarás, puedes ignorar ese miedo. Nunca te atacará. Ese es un miedo totalmente inocente y feliz ocn el que se puede convivir perfectamente...
Una pena que sea imposible tenerle miedo a algo concreto que desconocemos.