Siglos hace que no hago acto de presencia en éste blog.
¿Sabéis esas cosas que se dicen de "Nah, ya lo hago la siguiente, que le toca a éste otro..." o "Ahh... con tanto tiempo, ¿qué más dará una semanita más...?"?
...Pues es básicamente eso.
Sinceras disculpas desde todos aquellos que nos siguen.
Muchos nos tendrán olvidados. No hemos sido más que un evento aparentemente pasajero, fugaz.
Tan pronto estábamos con interesantes desvaríos, tan pronto nos quedábamos sin hacer nada...
Que triste, ¿no?
Algún día tendríamos que reaparecer. Algún día deberíamos recuperar ese toque nuestro. Esa esencia hueca que básicamente conformaba éste blog.
Ya sabiendo cómo soy yo, Oryc; hace tiempo que me interesaba la idea de una colaboradora. Así fue como Blackbird entró en el grupo.
Y aun así, fíjense cómo hemos acabado.
Poco merece la pena ponerse a recordar historias pasadas. Logros que no supusieron éxitos. Tampoco fallos, pero no éxitos.
Merece más la pena, simplemente, escribir, sin necesidad de pensar. Pulsar ahora mismo las teclas sin saber siquiera cómo voy a acabar la frase que ahora mismo estoy empezando. No tiene sentido planificar algo que debe salir del alma.
Éstos desvaríos tienen su origen en lo más sencillo y fundamental de la mente del aburrido. Y es que si lo planease, si lo trabajase concienzudamente, no sería para nada lo mismo que escribía en mis principios.
Trataré de que éste sea un agradable regreso. Ha sido un día claro, brillante, bullicioso, lleno de cosas que cegaban la mente.
Pero una vez más, cae el suave y cómodo velo de la noche, en el que nos acurrucamos cuales cachorros y nos despejamos de todo ajetreo y trajín.
En sí, ésto es necesario. Si no desconectamos, no podemos vivir. Podemos respirar. Podemos trabajar. Podemos comer. Pero no podemos vivir. No podemos disfrutar de los grandes placeres, que residen sencillamente en esas cosas pequeñas que uno, cuando está ocupado, ni puede percatarse.
Vienen a mi mente recuerdos de cuando era un niño pequeño, y podía quedarme incontables momento, minutos, ¿tal vez horas? Simplemente mirando una pequeña hormiguita que estaba en mi mano, caminando y haciéndome cosquillas.
En aquel entonces, no tenía preocupaciones por nada. Nada que no fuese ese preciso instante importaba.
Ignorante de mí, fui aprendiendo. Y llenando mi cabeza de ideas que se estrellan con frenesí entre ellas.
Ignorante de mí, llené mi cabeza con mil cosas, y desordenándolas quedé con un caos en mi mente.
No me arrepiento de ello. Ese caos acabó haciéndome como soy. Ese caos que se asienta y ordena, y vuelve a dejar brillar una simple inocencia.
¿Vuelta a ser despreocupado? ¿Vuelta a ignorar las consecuencias de mis actos y errores?
No sé qué me deprime más. Si volver a ser un tonto que se dirige sin saberlo a un precipicio, o ser un tonto que va por un carril y no piensa siquiera en asomarse por el precipicio.
De una forma u otra, no soy capaz de maldecir ni odiar lo sucedido. Pues por mal que puedan ir las cosas, no tendría mis cosas buenas.
No estaría escribiendo ésto ahora si hubiese seguido aquel carril serio en el que por convención quise meterme de niño. No estaría disfrutando de la fría y maternal noche si valorase más mis actos.
Estoy bien como estoy. Podría estar mejor y podría estar peor. Siento que si entrase una hormiga en mi habitación, me la pondría en el reverso de la mano y disfrutaría mirándola.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
[Notas]
Espero que haya gustado algo éste desvarío, los demás tendrán temas más específicos, al menos para llevar una línea del asunto, como siempre ha sido. También se aproxima San Valentín. Espero que al que le parezca especial le espere un bonito día y que al que le parezca un día como cualquier otro (como a un humilde servidor) simplemente no se le llene todo de chorradas empalagosas. No sé a qué ritmo voy a publicar desde ahora. Tampoco avisé a Blackbird de nuestra reaparición.
Pueden seguir minidesvaríos y demás cosillas desde mi twitter @_Oryc_
Hasta otra ocasión, damas y caballeros.