Selectividad, exámenes, y todo ese rollo.. Mis sinceras disculpas por todo éste retraso, en serio. Se hará todo lo posible por evitar que ésto pase de nuevo.
Como entrada de resurrección, vamos a hablar de algo del día a día. ¿Qué vemos día a día? Pues vemos el mundo.
El mundo...
Enorme y extenso. Si tiene fin, no creo que la humanidad tenga tiempo de alcanzarlo. Seguramente, el "fin del mundo" sea una zona de gran vacío, pues por la gravedad, las partículas habrán estado agrupándose en esa gigantesca masa que es el universo.
Y, siendo algo que nos llevará la tira de tiempo ir a mirar y comprobar, mejor pasamos de los límites del mudno.
¿Qué es el mundo en sí? Es en lo que estamos. En lo que nos movemos. Con lo que nos relacionamos.
Escépticos de la historia han dicho que el mundo es un engaño, que ésto es una mentira, falaz y engañosa, que no es más que fruto de nuestra imaginación, o que es un plano inferior y deprimente.
Será todo lo deprimente y todas esas chorradas que piensen, pero es el mundo.
Quizás sea cierto que es todo fruto de nuestra imaginación. ¿Quién sabe? Igual creéis que estáis leyendo mis escritos cuando en realidad sois un cerebro flotando en un líquido verde en una probeta gigante y todo ésto sea sólo fruto de nuestra imaginación.
(Porque claro, muchos hemos oído hablar del mundo de nuestros sueños, o algo por el estilo).
Sea como fuere, éste o cualquier otro mundo imaginario morirá en cuanto dejemos de pensarlo, de imaginarlo, de vivirlo.
Y, sea como fuere, éste es el mundo en el que ahora vivimos, en el que ahora estamos.
Nuestros sentidos son nuestros medios de relacionarnos con él. Ni son engañosos ni nada. Somos nosotros que igual no los interpretamos bien, pero si no confiamos en nuestros sentidos, no podremos hacer nada. No podremos sobrevivir en éste mundo.
Me da igual si éste mundo es ficticio. Es el que capto, es el que vivo, es el que siento. Si existe algún otro que me espere cuando éste mundo se acabe para mí (con la muerte o con despertar o como sea), es algo que no nos debe interesar.
¿Que dirá Platón de otro mundo más perfecto y más maravilloso? ¿Qué dirán los cristianos de un cielo creado por Dios, que es lo que nos espera al abandonar éste mundo?
No puedo negar la existencia de ésos mundos, las cosas como son.
Pero, de momento, no he encontrado nada en éste mudno que me haga pensar en la existencia de otro.
Quizás cuando muera vaya a otro sitio, pero eso no debe importarme, pues -mientras esté aquí- no lo descubriré.
No me pueden echar la culpa de nada.
Sencillamente, dejaré que las cosas sigan su curso.
Éste mundo es en el que ahora vivo. Si despertase un día y estubiese en un laboratorio, viendo que todo ha sido una triste ilusión, me adaptaría a ese mundo. Pero hasta que abandone éste, seguiré disfrutándolo, viviéndolo.
Porque no tenemos más mundo que éste. Ahora mismo, no existe para ninguno de nosotros otro mundo. Éste único mundo, que captamos tal y como es. Que sentimos tal y como es.
Éste mundo del que somos parte. Aun resultando ser un mundo falso, es el mundo del que somos parte. Es nuestra realidad. Falsa, pero real.
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Un saludo y hasta otro desvarío.