Pero, ¿qué somos realmente? ¿de verdad nos merecemos toda esa inteligencia?
No sé si el avance implica dependencia. No podemos separarnos de nuestro móvil o nuestro ordenador. Sabemos crear televisiones, sabemos crear máquinas que crean televisiones. Pero no sobreviviríamos tres días ahí fuera. Ganamos a los demás animales porque podemos aniquilarlos con nuestras avanzadas armas.
¿Tenemos más fuerza que ellos? No, claro que no. En un 1 vs 1 con un toro habríamos muerto, pero les clavamos una lanza en el cuello y es arte. Le cortamos la oreja y demostramos ser más fuertes que ellos. Tercos ignorantes, somos cobardes, no seríamos capaces de enfrentarnos a nada. Somos la supuesta imagen de Dios y después huimos de una abeja que nos siga.
Somos el animal con el nacimiento más inmaduro, las crías de gacela, apenas han salido del vientre de su madre, salen corriendo luchando por su vida. ¿Y nosotros qué? lloramos y lloramos para que nos den de comer. Pero nuestra mente es prodigiosa, podríamos hacer cosas impresionantes y a cambio de eso ¿qué hacemos? lo que nos conviene a todos, nuestro propio beneficio.
La educación nos enseña a controlar nuestros impulsos, atrofia nuestras intuiciones y nuestra velocidad de reacción. El haber vivido tan bien nos hace débiles frente a los otros animales, no sabemos defendernos. Personas de más de veinte años que no saben valerse por sí mismos. Pero seguimos guardando esa parte animal, esa parte visceral, esa parte que no puede callarse cuando tenemos los nervios a flor de piel. La agresividad que sale de las entrañas y que tanto cuesta retener. ¿Retener? ¿Por qué tendría yo que hacer eso? al fin y al cabo, venimos de animales...
Un cerebro tan evolucionado trae consigo una serie de obligaciones y derechos. Nosotros solo nos centramos en los derechos quitándole a las demás especies los suyos sabiendo que no se van a revolver, somos tan tontos que les quitamos derechos hasta a gente de nuestra misma especie por ser de otra raza. Y otras veces, para colmo, ni luchamos por nuestros propios derechos.
Pero la parte que más evitamos es la de las obligaciones. Somos conscientes de nuestros actos y podemos controlarlos. No podemos comportarnos como animales irracionales, debemos ser coherentes a la hora de actuar, no somos los reyes del mundo, tendríamos que ser nosotros los que hiciéramos que este siga funcionando. ¿Qué hacemos a cambio? lo destruimos. Somos parásitos que en nada beneficiamos a aquello que nos da vida.
Y nosotros nos hacemos llamar seres racionales. Si no sabemos aprovechar lo que tenemos ¿qué nos diferencia de las otras especies? quizás puedan enseñarnos más de humanidad que los propios humanos.
La culpa fue de la naturaleza, por dar un cerebro tan evolucionado a unos seres que no sabrían utilizarlo.